Historias de Rescate
y Sus Finales Felices
En Happy Cats Burgos, cada rescate es una historia de lucha, esperanza y amor. Nuestros gatos han superado situaciones difíciles gracias al esfuerzo de voluntarios y adoptantes comprometidos. Aquí compartimos algunas de sus historias para inspirar y demostrar que cada vida gatuna cuenta.
Historia de Sendra y Tam
Todo empezó hace poco más de dos años, cuando vimos a Sendra (antes llamada Dandara) en el Instagram de Happy Cats Burgos…
-
La habían rescatado recientemente y estaba en muy malas condiciones debido a su estancia en la calle. Se nos partió el corazón y no pudimos mirar hacia otro lado, así que decidimos adoptarla. Tras preguntar por ella, Laura nos dijo que tenía una hermanita a la que iban a intentar rescatar también. Después de meditarlo, decidimos adoptar a ambas para no tener que separarlas.
A día de hoy, estamos muy contentos de su recuperación, así como del apoyo emocional que estas dos peluditas nos aportan en todo momento. Llegar a casa y ver que vienen a recibirnos nos alegra el día.
En este caso, hemos visto la importancia de adoptar más de un gato, pues ellas se apoyan mutuamente, juegan juntas y nunca se sienten solas. Cuidar a dos gatitos no supone mucho más trabajo que cuidar a uno, y todo lo que se proporcionan entre ellas no siempre lo podemos proporcionar los humanos.
Aunque sus inicios en la calle fueron muy complicados (Sendra llegó a perder hasta un ojito), el amor, la atención y los cuidados que les hemos aportado han hecho que a día de hoy sean dos gatitas muy queridas que disfrutan de una vida plena.
Historia de Mar, Brunete y Chester
Somos una familia de 6… o mejor dicho, de 8, porque en nuestro hogar los animales no son solo mascotas, son parte de nuestra historia, de nuestra esencia, de nuestro corazón…
-
Hace unos años, tuvimos que despedir a Tito, nuestro querido gatito, que estuvo a nuestro lado durante 12 años. Su pérdida fue un golpe muy duro para todos, pero especialmente para uno de nuestros hijos, que tiene TDAH y encontró en Tito una fuente de calma y equilibrio. Explicarle que ya no estaba fue uno de los momentos más difíciles que hemos vivido.
Pasó el tiempo, casi dos años, y aunque la herida nunca desaparece por completo, sentimos que era el momento de abrir nuestro corazón de nuevo. Comenzamos a buscar gatitos en adopción, queríamos darle a otro ser la oportunidad de tener un hogar lleno de amor, como el que Tito tuvo con nosotros.
Fue así como, en el camino, apareció Laura de Happy Cats Burgos. En nuestra primera llamada, estuvimos horas hablando, sintiendo una conexión mágica. Fue entonces cuando me habló de Mar. Su historia me conmovió hasta lo más profundo: una pequeña luchadora que desde bebé había tenido que pelear por su vida. Pero lo que más me impactó no fue su historia de dolor, sino su increíble capacidad de superación. Esa gata tenía una fuerza inexplicable, una voluntad de vivir que me recordó que todo en esta vida sucede por una razón.
Y entonces llegó Brunete… Laura también me habló de él y, sin darme cuenta, ya estaba completamente enamorada de los dos.
No lo pensé mucho, pero aún así le dije a Laura que tenía que hablarlo con mi marido… porque ¡me iba a matar! Una hora después, la llamé de nuevo: “Laura, los adoptamos a los dos.”
La felicidad y la emoción que sentí en ese momento no se pueden describir con palabras.
Hace unos años, tuvimos que despedir a Tito, nuestro querido gatito, que estuvo a nuestro lado durante 12 años. Su pérdida fue un golpe muy duro para todos, pero especialmente para uno de nuestros hijos, que tiene TDAH y encontró en Tito una fuente de calma y equilibrio. Explicarle que ya no estaba fue uno de los momentos más difíciles que hemos vivido.
Pasó el tiempo, casi dos años, y aunque la herida nunca desaparece por completo, sentimos que era el momento de abrir nuestro corazón de nuevo. Comenzamos a buscar gatitos en adopción, queríamos darle a otro ser la oportunidad de tener un hogar lleno de amor, como el que Tito tuvo con nosotros.
Fue así como, en el camino, apareció Laura de Happy Cats Burgos. En nuestra primera llamada, estuvimos horas hablando, sintiendo una conexión mágica. Fue entonces cuando me habló de Mar. Su historia me conmovió hasta lo más profundo: una pequeña luchadora que desde bebé había tenido que pelear por su vida. Pero lo que más me impactó no fue su historia de dolor, sino su increíble capacidad de superación. Esa gata tenía una fuerza inexplicable, una voluntad de vivir que me recordó que todo en esta vida sucede por una razón.